domingo, 12 de diciembre de 2010

EL ESTADO: DIVERSIDAD, COMPLEJIDAD SOCIAL Y CONTRADICCIONES HISTÓRICAS

A.   Nociones y Concepciones.

Por: Luis, CASTRILLO
8º Semestre PFGGEA

Estado:
Del participio latino "status". El término en su sentido moderno fue introducido por Maquiavelo. Al hablar de lo stato, lo convierte en sustantivo abstracto con una significación similar a la de polis para los griegos y civitas para los romanos, es decir, comunidad humana suficiente en sí, con gobierno propio e independiente, supremo en su orden.
Al Estado generalmente se le define como "la sociedad civil jurídica y políticamente organizada". En eso consiste el Estado: En la institucionalización jurídica y política de la sociedad.
Es justamente por esto que Kelsen, uno de los grandes teóricos del Estado moderno afirma que "… el Estado tiene como elementos constitutivos esenciales el poder público, el territorio y el pueblo".
Se entiende por Estado una forma de organización concreta, que posee un territorio delimitado por unas fronteras en las que habita un pueblo que posee un conjunto de deberes y derechos y que esta sometido a un ordenamiento jurídico específico.
 La concepción del Estado. Es imposible hablar del concepto de Estado ante de la Edad Media; A lo largo de la historia de la Edad Antigua y del Medievo, las naciones sumieron algunas de las características que conforma la noción actual del Estado Moderno; sin embargo, esa idea terminó de ser integrada a la luz racionalista de los pensadores de la ilustración, quienes dilucidaron, delimitaron y conformaron de entre los resquicios del anacrónico sistema feudal, a la entidad que hoy definimos como Estado.

Definimos hoy al Estado como la entidad jurídica política que se integra por la unidad de territorio, población, soberanía y gobierno que resulta de la afinidad en ordenamiento legal que identifica aun grupo de personas.
Otra definición es: Agrupación humana, fijada en un territorio determinado y en la que existe un orden social, político y jurídico orientado hacia el bien común, establecido y mantenido por una autoridad dotada de poderes de coerción."
Este concepto puede ser analizado en sus distintos elementos:
1º         Agrupación Humana: término sociológico que se refiere a un grupo complejo de individuos. El Estado es una sociedad de personas naturales que constituyen el elemento humano o poblacional del mismo.
2º         Territorio: el Estado lo requiere como condición, es determinado, mutable, conocido y con cierta delimitación.
3º         Orden social, político y jurídico: el estado surge como una forma de organizar la convivencia, confiere un orden a sus integrantes que les otorga seguridad a sus relaciones al interior del Estado. Supone una realidad social y política a la cual deben ajustarse las normas a dictar por el Estado.
4º         Conjunto de autoridades dotadas de poder de coerción: se advierte una diferenciación de funciones al interior del Estado: Gobernantes (autoridades) y Gobernados (confieren legitimidad a los gobernantes). Los Gobernantes tienen facultades para hacerse obedecer en caso de no acatamiento, en último término por la fuerza (por medio de sanciones).

B.   Elementos del estado (territorio, gobierno, pueblo).

Población:
Es un elemento importante en la conformación del Estado, quizás más que el mismo territorio, algunos tratadistas del derecho admiten la posibilidad de que pueda existir un Estado sin territorio, pero definitivamente nadie admite que puede haber un Estado sin Población.
En tales condiciones, la población, la sociedad humana y jurídicamente organizada es la que le da base de sustentación, la razón de ser a la existencia de un Estado; entonces entendemos como población, que es el número de hombres y mujeres que componen un Estado.

Función de la Población:
·         Integrar un Estado para que este se pueda formar
·         Elemento humano principal o fundamental del Estado para que el mismo realice sus actividades

Característica de la Población:

·         Sin población no se concibe un Estado 

·         La población no esta aislada, al momento de conformarse el Estado. Ya existe anteriormente un grupo de personas a un territorio

Importancia de la Población:

·         Política: Es la base para saber la cantidad de electores y elegidos en una legislación electoral; es el punto de referencia para la creación de municipios y distritos metropolitanos y para determinar la cantidad de servicios públicos necesitados.
·         Económica: determina la cantidad de personas que poseen trabajoestable y los efectos en el campo de la producción, así como comprobar las personas o población desocupada.
·         Social: Para el Estado es importante conocer con precisión la cantidad de personas asentadas en su territorio; para cuantificarlo se utiliza periódicamente censos.


Pueblo:
Concepto más restringido, ya que se refiere a la parte de la población que tiene el ejercicio de los derechos políticos.

Nación:
 La nación tiene un concepto más emotivo, viene a ser el sentimiento de una solidaridad que vincula a los individuos en su voluntad de vivir en conjunto, un sentimiento ligado a las fibras más íntimas de nuestro ser. Existen diferentes opiniones cuando se trata de distinguir el elemento de este sentimiento; se discute sobre el principio fundamental de carácter nacional, para unos es la influencia de factores naturales: la raza, la lengua; para otros, lo primordial es el elemento espiritual: la religión, las costumbres, los recuerdos comunes, la voluntad de cumplir en conjunto grandes obras. Los rasgos fundamentales de la Nación con respecto al papel que juega en la formación del Estado pueden ser dos, el primero es que la Nación esta por encima de cualquier otro tipo de colectividad, ya sean la horda, el clan, la tribu, la ciudad, pues la colectividad límite, abarca y engloba todas las otras, pero esta no es englobada por ninguna de ellas. El segundo rasgo viene representado por el precedente que nos permite conocer el papel fundamental que juega el objetivo social en el sentimiento nacional, esto es el factor fundamental y decisivo de la solidaridad que une a los miembros del grupo.

Patria:
Es el conjunto sagrado de la tierra, la historia, la vida presente y las nobles aspiraciones del país y del pueblo al que le unen el nacimiento o la sangre de los padres.

El territorio y demás espacios geográficos:
El territorio, como elemento esencial del Estado ocupa dentro del campo de la disciplina jurídica un tema de estudio especial, sirve de asiento a la masa poblacional que representa rasgos de unidad que le definen de una manera particular y donde convergen una pluralidad de situaciones sociales y políticas que forman parte de los asuntos y fines que deben ser atendidos por las instituciones del Estado sino que el territorio ha de ser considerado como el ámbito espacial dentro del cual el Estado ejerce su soberanía.
La relación jurídica que se establece entre el Estado y su Territorio es de Imperium para Carré de Malberg, pues el Estado no tiene sobre el Territorio una potestad de dominación y no es propietario del suelo sobre el que ejerce la potestad estadal, lo cual sería el Dominio. El territorio, según esta teoría, vendría a determinar el marco dentro del cual el Estado ejerce la potestad estatal o Imperium, el cual es, por su naturaleza, un poder sobre las personas. Para Kelsen el territorio tiene un sentido tridimensional, es decir que ejerce su validez en tres dimensiones, tiene largo, alto y profundo, la forma del espacio será la de un cono con su vértice en el centro de la tierra, junto a los vértices de los demás conos de los otros Estados.
El territorio aunque parezca insólito tiene dos funciones, negativas y positivas, las primeras oponen una barrera a la acción estatal; esta barrera es lo que constituye las llamadas fronteras. De modo que la acción del Estado termina al encontrar tales fronteras. Las funciones positivas se enderezan al mejoramiento económico y bienestar social de la colectividad que vive dentro del Estado. El Estado transforma su territorio y lo pone al servicio de la sociedad a los fines de mejorar su condición social.

   Territorio.
El territorio, el espacio físico en donde se asienta la población, constituye uno de los elementos fundamentales del Estado. Según algunos más que un elemento, sería una condición de existencia, ya que sin territorio desaparece el Estado. Sin embargo, si el territorio fuera la única condición de existencia del Estado, en cualquier territorio -mutable o indeterminado- podría cumplirse la condición para establecer un Estado en particular. Esto no parece ser así, advirtiéndose que la relación entre Estado y territorio es por lo común estable y específica. El territorio se convierte en elemento de cada Estado, no cualquier territorio sino uno determinado, lo que no implica afirmar su invariabilidad, ya que éste admite cambios.
Pese a lo esencial de este elemento es admisible que, temporalmente, un Estado esté privado del control sobre su territorio debido a una invasión por otro Estado. Esto siempre y cuando se trate de un fenómeno de fuerza, de índole material y, en principio, temporal. No se afecta la figura jurídica Estado, aún cuando según las circunstancias, la invasión del territorio podría determinar el fin de la existencia jurídica del Estado. En el presente siglo se comprueban casos de Estados que han subsistido pese a carecer temporalmente de control sobre su territorio. Por ejemplo, Polonia, Francia y otros Estados ocupados militarmente por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, conservan sus autoridades, las que permanecen ocultas o en el exilio, no desaparecen y después de la derrota del invasor vuelven a ejercer su dominio territorial.
Por otro lado, se observa que el territorio es un instrumento para el Estado, necesario para la realización de sus funciones y cumplimiento de sus fines. El territorio es fuente de recursos, ámbito de desarrollo de actividades, hábitat de la población y se proyecta como parte del ecosistema terrestre. Finalmente, el territorio es el ámbito espacial que delimita el ejercicio de la competencia por parte del Estado y donde se asienta su colectividad.

Composición del territorio.
El territorio del Estado puede analizarse según sus distintos componentes, que son:
1º         El territorio terrestre: tierra física superficial dentro de los deslindes geográficos, y su proyección hacia el subsuelo.
2º         Las aguas interiores: que son aquellas comprendidas en el territorio terrestre (lagos, ríos) y el espacio marítimo encerrado por las líneas de base recta (líneas imaginarias  que unen los puntos más prominentes de la costa).
3º         Territorio marítimo: Se subdivide en:
-                  Mar territorial: que es el espacio marítimo que se extiende desde las líneas de  base,  hasta una paralela trazada a doce millas mar adentro.
-                  Zona contigüa: espacio que comprende las doce millas que siguen al mar territorial. En esta zona el Estado puede ejercer facultades de policía, inmigración, sanitarias y aduaneras.
-                  Zona Económica Exclusiva: espacio marítimo que se extiende ciento ochenta y ocho millas mar adentro, medidas desde el límite exterior del mar territorial (junto al mar territorial suman 200 millas). Se entiende territorio nacional en todo lo relativo al aprovechamiento económico de los recursos situados en ella. Hacia el exterior de la Zona Económica Exclusiva está la alta mar.  
    El suelo y subsuelo del mar territorial y de la Zona Económica Exclusiva pertenecen al Estado, en el ámbito de competencias que puede ejercerse en cada caso.
4º         Espacio aéreo: masa de aire que está sobre el territorio terrestre, aguas interiores y mar territorial. Se ejercen sobre éste plenas competencias. No está clara su delimitación en altura, lo que genera problemas por ejemplo respecto de vuelos a gran altura o espaciales (colocación de aparatos en órbita en el espacio exterior).
    Muy distinto es el tratamiento dado a las naves militares. Dado su potencial destructivo se considera el espacio aéreo con un criterio muy estricto. Si a él ingresa una nave militar, sin permiso previamente concedido, se considera violación de la integridad territorial, circunstancia que autoriza según el Art. 51 de la Carta de las Naciones Unidas, un ataque físico contra el entrometido (legítima defensa).
Respecto del espacio extraterrestre, no hay reivindicación territorial sobre la base de proyecciones de los Estados subyacentes que haya sido aceptada por el derecho internacional. La colocación de artefactos espaciales sobre los territorios de los Estados es una actividad que de hecho han realizado las grandes y medianas potencias, sin que ningún Estado sometido al paso de estos equipos haya podido alcanzar el éxito en un reclamo contra ello.
Junto al territorio físico se encuentran las ficciones de territorialidad. Para un manejo más seguro de las relaciones interestatales el Derecho Internacional ha consagrado ficciones en que se reputa que determinados espacios son territorios de ciertos Estados, cuando físicamente no lo son. Por ejemplo, se ha sostenido que, desde la perspectiva jurídica, las actuaciones realizadas en las sedes diplomáticas se asimilan a las efectuadas en el territorio físico del Estado. Las ficciones se relacionan con las inmunidades y privilegios diplomáticos

El gobierno:
 (Del griego κυβερνάω o kubernao o "capitán de un barco"), en general, son las autoridades que dirigen, controlan y administran las instituciones del Estado el cual consiste en la conducción política general o ejercicio del poder del Estado. En sentido estricto, habitualmente se entiende por tal al órgano (que puede estar formado por un Presidente o Primer Ministro y un número variable de Ministros) al que la Constitución o la norma fundamental de un Estado atribuye la función o poder ejecutivo, y que ejerce el poder político sobre una sociedad.
El gobierno es aquella estructura que ejerce las diversas actividades estatales, denominadas comúnmente poderes del Estado (funciones del Estado). El gobierno, en sentido propio, tiende a identificase con la actividad política.
El gobierno no es lo mismo que el Estado, está vinculado a éste por el elemento poder. El gobierno pasa, cambia y se transforma, mientras que el Estado permanece idéntico. En ese sentido, el gobierno es el conjunto de los órganos directores de un Estado a través del cual se expresa el poder estatal, por medio del orden jurídico. Puede ser analizado desde tres puntos de vista: según sus actores, como un conjunto de funciones, o por sus instituciones.
 Se ha establecido el "Ejecutivo" como ente coordinador, el "Legislativo" como generador de leyes y el "Judicial" como encargado de hacer que las leyes se cumplan.
La misión del gobierno es crear un sistema de auto-protección social para y con las familias que viven en el Estado, seguro al largo plazo, autofinanciable, de muy buena calidad y sin corrupción. Prioritariamente asegurar el futuro de la salud, educación, crédito, propiedad, pensión, vivienda.
A diferencias de las ONG, la estrategia del gobierno es recaudar aportes obligatorios de todos los miembros del Estado, hechos en dinero, para construir infraestructura y empresas de servicios públicos.

El Poder del estado
El poder puede tener varias concepciones, primeramente podemos decir entonces que el poder es el conjunto de instituciones que garantizan que los ciudadanos se sometan a un Estado determinado, podríamos decir que el poder tiene forma de regla porque muchas veces no emplea la violencia, es decir cuando un grupo domina a otro grupo. En el diccionario encontramos situación estratégica compleja en una sociedad determinada, + El poder según Weberes el dominio sobre otros, unos mandan y otros obedecen. + Según Arendz es una relación entre iguales que se basa en el dialogo y en le acuerdo.
Por otro lado tenemos otros conceptos con respecto a su sentido Sentido amplio: es la capacidad de INFLUIR en el comportamiento ajeno ejemplo: Padres - consejo. Profesores - conocimientos. Sentido estricto: es la capacidad de MODIFICAR el comportamiento ajeno, lo podemos modificar de muchas formas, incluso con la fuerza.
En realidad el poder aparece como una necesidad natural en la existencia del Estado, ya que es difícil construir una organización política sin una autoridad que dirija todas las situaciones y actuaciones en que se encuentran los integrantes de esa organización.
Dabin expresa que "El poder es querido por la naturaleza en el sentido de que la sociedad política, que corresponde al ímpetus naturales de los individuos humanos, no podría existir ni cumplir su misión sin un gobierno director." Mientras que para Hauriou el poder es "Una libre energía que, gracias a su superioridad asume la empresa del gobierno de un grupo humano por medio de la creación constante del orden y del derecho".
Por ello podemos decir entonces que el poder es entendido como la realización de la facultad de mando que tiene el Estado como, es decir, que el poder se representa en la autoridad a cuya orden se encuentran sometidos los habitantes o la población de un Estado, la cual junto con el territorio forman los tres elementos del mismo.

Tipos De Poder:
Poder coercitivo (termino de coacción)
Poder persuasivo (termino de persuasión)
Poder retributivo (termino de retribución)
Poder coercitivo: ésta relación de poder se basa en que el súbdito obedece por que el individuo que tiene el poder amenaza con su integridad física o propia libertad del individuo. EJEMPLO: poder estatal, de aquí emana el Derecho penal. El Estado restringe la libertad personal. El tributo o la esclavitud.
Poder persuasivo: ésta relación de poder se basa en la convicción de identificación de ideas o de creencias entre el que ejerce el poder y los súbditos. El que ejerce el poder da una serie de ideas u opiniones como las mejores y los súbditos la aceptan como la mejor. Ejemplo: partidos políticos y sindicatos con sus afiliados. En las huelgas la identidad entre convocadores y convocados. En las Iglesias y sus seguidores.
Poder retributivo: esta relación de poder se basa en obedecer a cambio de una retribución. EJEMPLO: relación laboral.
Mannheim y Burdeau han clasificado al poder de las siguientes formas básicas
Mannheim: según Kart Mannheim el poder se ha ejercido históricamente bajo tres formas modalidades básicas
Libre desahogo: Consiste en la pura violencia, desatada sin orden ni concierto, que no persigue ningún propósito preestablecido. Conduce a la destrucción imprevista.
Destrucción organizada: Consiste en el ejercicio de la fuerza y la violencia con un propósito determinado y programado dirigido a la destrucción, por ejemplo la guerra.
Poder canalizado: Es el ejercicio del poder en forma ordenada, conforme a principios jurídicos; típico de la sociedad civilizada, que busca construir un orden superior y mas justo cada vez.
Burdeau: Tomando en cuenta las representaciones de las fuerzas que se combinan en la relación en la relación política, considera dos tipos de poder:
Poder no institucionalizado y poder institucionalizado: El primero de ellos "se funda integralmente en la personalidad de quienes lo ejercen"; el segundo se basa en una institución, que es el Estado.
Poder cerrado y poder abierto: El primero es aquel "que se pone al servicio de una representación del orden deseable definitivamente establecida, impermeable a las modificaciones que podría aportarle la conciencia colectiva"

Características del poder político:
Afecta directa o indirectamente a toda la sociedad, las tres anteriores no afectaban a toda la sociedad.
Todos los individuos están sometidos al mismo poder y no pueden evitar obedecerlo como en el persuasivo. Ejemplo: dejar el sindicato.
Es superior al resto de fórmulas o tipos de poder que hemos visto, ya que esas tres existen por que el poder político lo permite, sobre todo el persuasivo.
Es el único poder legitimado para el uso de la fuerza. Ejemplo: los piquetes no están permitidos. La pena de muerte.

Legitimidad Del Poder Político:
Definición de legitimidad: Es la cualidad del poder de ser considerado como justificado por aquellos que están sometidos al mismo. Aquí el poder es legítimo cuando aquellos que están sometidos lo obedecen y aceptan voluntariamente.

C.   Origen y tipos Históricos.
·         Estado antiguo, la Polis griega, la civitas romanas, la sociedad feudal.
·         Estado moderno. El debate sobre la constitución del estado y la Sociedad, del supuesto “estado de naturaleza”  al hipotético “contrato social” (la ilustración)

Antes de la aparición del Estado el hombre disponía completamente de su tiempo, decidía si cazar o fabricar o bailar, no le pagaba tributos a nadie, la tierra y la naturaleza eran comunes. “Todo esto fue arrasado por la aparición del estado. Durante los últimos cinco o seis milenios, las nueve décimas partes de todas las personas que vivieron lo hicieron como campesinos o como miembros de alguna de las castas o clases serviles… La aparición del estado significó, en muchos sentidos, el descenso del mundo de la libertad al de la esclavitud”  Los primeros estados son llamados prístinos porque se supone surgieron sin modelo alguno más elaborado que ellos, sin un estado ejemplar que los influenciara; se convirtieron en estados en forma autónoma. Se sabe de tres casos definidos de estados prístinos: Mesopotamia (3300 a.C.), Perú (tiempos de C.), Mesoamérica (año 300); es casi seguro que también Egipto, el valle del Indo y en la cuenca del río Amarillo se originaron estados prístinos, pero caben algunas dudas todavía con los casos de Creta y el Egeo. Postula la teoría del origen de los estados basándose en la existencia en distintos lugares de grandes “proveedores”, o benefactores, una forma de tributación primitiva en la que un hombre lograba aglutinar fuerza de trabajo para realizar un gran festín en beneficio de todos los que trabajaron o aún en beneficio de otros. Dice que esta fuerza aglutinada de trabajo, en tiempos de guerra, podía atribuirle poderes especiales al organizador, o también que poco a poco podía transformarse en una especie primitiva de seguridad social, ofreciendo alimento a la gente con pobres cosechas. Los primeros estados germinan entonces a partir del momento en que aparecen los primeros grandes almacenes de cereales; los orígenes del almacenamiento pueden ser variados: competencia entre “grandes proveedores” de festines, mingas, protección colectiva ante las sequías o las plagas, asociación de tribus, auge manufacturero; de un momento a otro una clase minoritaria se adueña de los almacenes, o logra producir más exceso agrícola que el resto, y también empieza a exigir bienes o trabajo a cambio de alimento. El crecimiento poblacional, la abundancia de alimento, los empuja a conseguir más territorio; los pueblos invadidos, siempre de menor número, tienen sólo dos alternativas: huir o pagar tributos. El quid del origen de los estados se encuentra en el factor común de los estados prístinos propuestos: estaban rodeados de zonas mucho menos fértiles en la periferia, por lo que establecerse más lejos significaba reducir el nivel de vida; esto es lo que el autor llama “atasco”, un impedimento geográfico que concentraba la población en una zona. También existe la teoría de la matrilocalidad en el origen de los estados, uno o varios centros a partir de los cuales la población se expande, fraternidad entre las tribus,… pero en todos los casos, y sin excepción, la matrilocalidad no es más que una etapa inicial de los estados.
“…los estados surgieron a partir de las sociedades grupales y aldeanas a través de la ampliación y estratificación del liderazgo responsable de las redistribuciones económicas y de la dirección de la guerra externa”
En el México de los Olmecas, entre el 800 y 400 a.C., no había atascos y nunca se formó más que una etapa incipiente de estado; y sin embargo se construyeron numerosos templos en las pequeñas montañas sobre los pantanos. El autor afirma que no es necesario un mando estatal autoritario para la construcción de templos sino que basta con la existencia de almacenes colectivos o grandes hombres (proveedores, entusiastas, organizadores) para levantarlos.
El caso de los Mayas puede parecer a primera vista una contradicción de la teoría de los “atascos”, puesto que en medio de un bosque semi-tropical la población siempre habría tenido donde establecerse sin formar grandes concentraciones urbanas. Ha habido teorías que postulaban un origen del estado maya independiente de las presiones ecológicas, atribuyéndolo más bien al poderío de un sacerdocio benigno que todo el pueblo maya respetaba y tributaba agradecido (por las lluvias por ejemplo). Pero Harris indica que también entre los mayas hubo fuertes presiones ecológicas como para formar un estado: las sequías y el subsuelo, mayoritariamente calizo y permeable, con pocos ríos y lagos a pesar de las no tan abundantes lluvias. Los cenotes, o grandes pozos naturales de agua, siempre fueron aglutinantes de población, y el mayor de ellos coincide con Tikal, el emplazamiento más grande de los mayas. Cierto que la práctica de la quema y de la poda es más o menos adecuada a dicha zona con una buena capacidad regenerativa (se quema una porción de bosque, se cultiva algunos años, y luego se dejan los árboles en barbecho, que tras algunos años se volverán a quemar para fertilizar la tierra con su ceniza; la poda se refiere a la eliminación de maleza y pequeños árboles durante el período de cultivo), pero no era suficiente para mantener una población como la que tuvieron los mayas. Es el descubrimiento de canales (imposibles de detectar en terreno) por fotografías aéreas y de chultuns (pozos artificiales de agua) lo que posibilitó la alta densidad poblacional maya, y también la existencia de un estado y de una clase privilegiada. Una vez más, el descubrimiento de mejores formas de producción agrícola produce un aumento poblacional, que a la larga requerirá todavía mejores formas de producción. Harris postula que fue un agotamiento ecológico lo que causó la desaparición de la población Maya.

El estado Antiguo:
Tenemos en primer lugar al Estado egipcio como una primera formación estatal. Más o menos hace más de 5 mil años, aparece la autoridad centralizada en el antiguo Egipto. Tenían un Estado personalizado, en el sentido de que la concepción de la autoridad se identifica plenamente con su depositario. La teoría del Estado egipcio se resumiría en que el Estado es el faraón, afirmación que no solo es reconocida por el faraón mismo, si no por todos los subordinados a este.

La Polis
Después en Grecia su unidad política básica fue la polis. Su geografía determina el aislamiento territorial, tenían una tecnología poco desarrollada en lo agrario y una población en expansión.
Los griegos tenían costumbres organizacionales, en las cuales se permitía la participación en los asuntos públicos por medio de asambleas y no presentan un alto sentido de centralización y personalización de la autoridad. Su autoridad no estaba basada en una sola persona, sino que se dividía en varios jefes y aún se reconocía el "consejo de ancianos". Los teóricos políticos de esa época consideraban al Estado por una parte como la ciudad o el sitio donde debe desarrollarse la plenitud de la vida humana; por otro lado solo se referían a las funciones públicas concedidas a cualquier ciudadano que pueda realizarlas mediante la renovación de los cargos.
Es en la polis donde tuvo lugar el surgimiento de un tipo especial de pensamiento: el filosófico.
La polis fue el ámbito dentro del cual surgieron algunas concepciones políticas, filosóficas, religiosas, artísticas etc. que llegaron a nuestro día
La creación de ciudades en Grecia, se entendía como un acto religioso, un mandato de los dioses. Joseph Rykwert explica la importancia del misticismo en la creación de las ciudades antiguas. Afirma que los planificadores modernos enfocan siempre la elección de un terreno para la fundación de una ciudad desde la perspectiva de la economía, la higiene, los problemas de tráfico y los servicios.
El fundador de una ciudad antigua, cuando tenía que abordar estos mismos problemas, no podía hacerlo sin antes haberlos traducido a términos míticos. Incluso cuando se enfrentaban directamente con la cuestión, como le sucedió a Arquias y Miscelo, de lo que se trataba era de elegir una ventaja frente a otra. La pitia de Delfos propuso a los dos fundadores potenciales la elección entre la salud y la riqueza. Arquias eligió la riqueza (preferencia lógica en un corintio) y fue enviado a fundar Siracusa, mientras que Miscelo llegó a fundar Crotona, la ciudad en que se establecería Pitágoras y que fomentó la creación de una famosa escuela de medicina.

Estos elementos fundacionales le daban a la ciudad un criterio de identidad importante y una cierta especialización en la red urbana griega. Ciudades como Olimpia, sede de los juegos olímpicos, Delfos, sede del Oráculo sagrado de Apolo y Cos como centro de curación, imprimieron diversidad funcional al sistema urbano griego. El espíritu olímpico dio origen a la estructura del gimnasio en las ciudades, tan importante como la plaza del mercado. Mumford atribuye a los consejos del Oráculo el control del crecimiento urbano en las ciudades griegas.
Por ello Delfos asumió la responsabilidad de guiar las nuevas fundaciones, y sus doctrinas impidieron el control militar centralizado de las ciudades, como se había producido en otras regiones como Mesopotamia

.Periodos Cronológicos
1- PERIODO CRETENSE: 2600 A.C -1600 Ac
.Se desarrolla en la isla de Creta, situada en el centro del mar Mediterráneo, su ubicación estratégica permitió que sus habitantes se dedicaran al comercio principalmente. Los cretenses desarrollaron sus actividades económicas centradas en el palacio, desde donde se organizaba la producción de los bienes exportables. Estos se obtenían de la producción agrícola y de la industrialización de esos productos. Los cretenses vendían aceite, vinos, cereales, lanas, telas, barcos y metales.

2-PERIODO MICÉNICO: 1600 a.C-1200 a C.
Durante este periodo pueblos provenientes del centro de Europa al que denominamos indoeuropeos llegaron a  Grecia continental. Los indoeuropeos estaban organizados en distintas culturas, se distinguen tres grupos: aqueos, jonios, eolios que ocuparon distintas regiones en Grecia. Formaron reinos muy poderosos como Esparta, Tirinto, Pilos, Atenas y Micenas, este último reino fue el más importante por su actividad económica, por eso le dio el nombre al periodo.
La sociedad micénica fue muy guerrera, construyeron palacios rodeados de murallas, conocían el carro de guerra, las armas de bronce y el caballo. Los reinos se enfrentaban por la posesión de territorios y por las riquezas que todos codiciaban, esto los llevo a enfrentarse a los Troyanos. La guerra de Troya fue relatada por Homero poeta griego en su obra " La Ilíada." La organización política mantuvo la descentralización, pero los reinos compartían la lengua común el griego arcaico, la misma cultura, la religión y un tipo de escritura. Los micénicos dominan a los cretenses, es por eso que este periodo también es conocido como certo-micénico.

La Civitas
. Con la palabra civitas designaban los romanos al conjunto de ciudadanos que constituían la ciudad. Es decir que la civitas, la ciudad eran los ciudadanos.
En Roma, el Estado aparece condicionado por las fuertes interacciones de distintos grupos humanos. Surge por la necesidad de imponer la autoridad central al pueblo. La formación de Roma como Ciudad – Estado, parece determinada por la existencia de un Estado anterior, el etrusco, cuyos orígenes se han perdido, pero que es posible conjeturar como similar al desarrollo que se dio en Grecia
Empezaremos con un discurso del emperador Claudio, en el año 48 d.C., para mostrar en qué consiste la innovación romana en el concepto de ciudadanía  Cuenta el historiador Tácito que el emperador Claudio, en ese año, intentaba convencer a los senadores romanos de que permitiesen la entrada en el Senado a los prohombres de la Galia más notables y romanizados. Los senadores se oponen, por ser aquellos extranjeros. El emperador argumenta, y les recuerda que Rómulo, el fundador de Roma, tenía o podía tener como conciudadano, en el mismo día, a quien horas antes había tenido como enemigo en el campo de batalla. Con genial clarividencia Claudio afirma que la causa de la ruina de Atenas y de Esparta había sido el no haber sabido ni querido asumir en su ciudadanía a las poblaciones sometidas, mientras que Roma era maestra en ‘hacer romanos’ a gentes extranjeras. Un ciudadano romano podía ser por su origen itálico, galo, hispano, germano o africano, pues ser ciudadano romano nada tenía que ver con el origen, la lengua, las creencias etc. Si bien andando el tiempo se habría de producir cierta aculturación o romanización, ser ciudadano romano era solamente una cuestión política, y no tenía nada que ver con esas otras realidades, las costumbres y tradiciones, la forma de vestir o de vivir, las creencias religiosas etc.
Estamos ante dos dimensiones de la vida de los hombres y, por ende, de las sociedades. Por una parte, la dimensión que llamaremos política. Es la ciudadanía. Por otra parte, todo aquello vinculado al origen lengua, costumbres etc., a lo que llamaremos étnico-histórico: todo aquello que un pueblo ha desarrollado a lo largo de su historia, que incluye una conciencia de ser un pueblo, que para ellos será una entidad histórica única por definición. Se trata ahora de la identidad. Debe observarse que ‘étnico’ procede del término griego ‘ethne’, que significa ‘pueblo’, no ‘raza’ ni nada parecido. ‘Etno-histórico’ es lo que a lo largo de la Historia ha llegado a ser ‘lo propio de un pueblo’. La diferencia se comprenderá mejor si decimos que los nuevos europeos, desde el punto de vista de lo político, de la ciudadanía, somos o seremos iguales. En cambio, desde el punto de vista de la identidad, somos y seremos diferentes.
El discurso del emperador Claudio nos dice que ya en época de Rómulo, el fundador, en Roma se había consagrado la separación de lo político y lo étnico-histórico, es decir, la ciudadanía y la identidad habían sido ahora separadas, independizadas. Así, cualquiera puede ser ciudadano romano independientemente de cuál sea su identidad, su origen étnico. La sociedad romana, el Estado romano, si preferimos llamarlo así, estará basada sólo en la ciudadanía. Esta es la gran innovación. Si en Atenas, por ejemplo, para ser ateniense-político había que ser ateniense-étnico, en Roma se había separado las dos dimensiones. Roma era una sociedad abierta, que podía integrar a otras poblaciones en su comunidad política, y así lo hizo. El crecimiento paulatino pero rapidísimo del número de ciudadanos romanos, y la consiguiente ampliación del Estado, no se debió al aumento de nacimientos, sino a la integración de otras gentes en la sociedad y el Estado romanos. Esta fue la clave última de la creación del gran Imperio Romano. Atenas estaba cerrada a tal posibilidad.
He aquí, pues, la Roma primitiva, tal como lo explicaba el emperador en estos documentos. Diferentes pueblos, que eran extranjeros entre sí, aunque vecinos, unidos para formar una nueva comunidad política, la romana. Cada pueblo con sus hábitos propios, sus costumbres, su lengua, su o sus religiones  etc., dispuestos a vivir juntos en una nueva comunidad. ¿De qué naturaleza será esa nueva comunidad, y cómo se constituye? ¿Qué une a unos y otros en esa nueva situación?
Las respuestas nos las da Cicerón, cuando nos explica cómo se formó la comunidad política romana, la civitas romana. Dice, en términos generales,  que los hombres no son seres propensos al aislamiento, sino que hay una cierta tendencia a vivir en grupos, de forma natural. Pero cuando habla de la creación de Roma, de la res publica romana, las razones dejan de ser naturales para convertirse en positivas, históricas. Cicerón define al populus  (el conjunto de ciudadanos, nosotros diríamos algo indebidamente ‘la sociedad’) como una multitud de personas no congregadas de cualquier manera, sino asociados (sociatus) por un iuris consensus (Acuerdo en el Derecho), y por la utilitatis communio (comunidad de intereses). Estas son las dos realidades que componen la ciudadanía romana: participar de los mismos intereses que los demás ciudadanos, es decir, de un interés general, y ponerse de acuerdo en las normas que han de regir la vida de esa comunidad. Este es el modelo abierto de sociedad, como decíamos. Cumplidas esas dos condiciones, cualquier pueblo o grupo de personas, bajo determinadas condiciones históricas, pueden entrar a formar parte de la comunidad romana, tener su ciudadanía.

La Sociedad Feudal:
La sociedad feudal consistía de estas tres clases: clérigos, guerreros y trabajadores, y al servicio de las dos primeras la clase trabajadora.
La iglesia y la nobleza eran las clases gobernantes en la época feudal. Se apoderaron de la tierra y el poder para que este fuera suyo.
La iglesia dio ayuda espiritual y la nobleza protección militar y se cobraron esto de las clases campesinas con trabajo.
El profesor Boissonade, un buen historiador de ese tiempo, lo resumió con estas palabras: “ El sistema feudal descansa sobre una organización que a cambio de protección, que a menudo fue ilusoria, puso a la clase trabajadora a merced de las clases ociosas y dio la tierra no a quienes la cultivaban, sino a los que podían apoderarse de ella ”.
En el primer periodo feudal, solo era la medida de la riqueza de un hombre.
Después de la expansión del comercio apareció una nueva clase de riqueza, la del dinero.
En aquel periodo feudal, el dinero había sido inactivo, fijo, sin movimiento; ahora se hizo activo, vivo y fluido.
En el feudalismo los clérigos y los guerreros que poseían la tierra, estaban en un extremo de la escala social, viviendo a expensas de los siervos, quienes estaban al otro extremo.
Ahora un nuevo grupo social apareció en la clase media, que subsistía de otra manera, comprando y vendiendo.
En el periodo feudal, la posesión de la tierra, única fuente de riqueza, trajo al clero y a la nobleza el poder para gobernar.
Después la posesión del dinero, nueva fuente de riqueza, dio una participación en el gobierno a la ascendente clase media.
En los comienzos de la edad media hubo un poder que prohibió prestar dinero con intereses. Un poder cuya palabra era ley para toda la cristiandad, la iglesia. Afirmaba que el hacerlo era usura y la usura era un pecado.
 Los gobiernos de las ciudades y los estados veían con enojo también  a la usura, y mas tarde dictaron una ley contra ella.
En esa sociedad donde el comercio era pequeño y la ocasión de invertir dinero para hacer ganancia, prácticamente no existía, si un hombre necesitaba un préstamo, lo buscaba no para enriquecerse sino por que tenía que vivir. El concepto medieval era que en tales circunstancias la persona que auxiliaba no iba a sacar provecho del infortunio.

La iglesia enseñaba lo que había de bueno y de malo en todas las actividades religiosas humanas, no era diferente de la norma para sus actividades sociales. Además enseñaba que si lo que era bueno para el bolsillo de un hombre era malo para su alma; su bien espiritual estaba primero.
A los comerciantes les fue negado el derecho de obtener de una transacción cualquiera más de lo debido, por desempeñar un servicio público, el comerciante merecía una recompensa equitativa y nada más.
Tampoco se considero ético acumular más dinero que el que reconsideraba para subsistir. Además, prestar dinero para recibir después no solo el principal, sino también un interés fijo significaba que el prestamista podía vivir sin trabajar, lo cual era pecado.
La nueva clase no guardaba el dinero en cajas fuertes, el nuevo grupo podía emplear todo el dinero que cayese en sus manos y más para apoyar cualquier negocio y extender su campo de operaciones de modo que aumentasen sus ganancias.
¿Qué aconteció cuando la doctrina de la iglesia, propia para una economía ya vieja choco con la histórica fuerza representada por la creciente clase de los comerciantes?, fue la doctrina la que cedió, no inmediatamente.
Por consiguiente odiar, condenar y castigar a la usura, es apropiado cuando se trata de la usura excesiva e irrazonable, no de la usura moderada y aceptable, de esa manera la doctrina de la usura fue desapareciendo y la práctica comercial de cada día se impuso.
Las creencias, leyes, medios de convivencia, relaciones personales, todo fue modificado al entrar la sociedad una nueva fase de desarrollo.
El trabajador agrícola fue ahora más que una bestia de carga, podía comenzar a levantar la cabeza con dignidad. Anteriormente la tierra era concedida o adquirida sobre la base de un servicio mutuo, surgió ahora una nueva concepción de la propiedad agraria, gran numero de campesinos estaban en libertad para ir a donde quisieran y vender o legar su tierra, aunque tenían que hacer cierto pago por ello.
El hecho de que la tierra fuese así comparada, vendida y cambiada libremente como cualquier artículo, marco el fin del viejo mundo feudal.
La industria también cambio. Toda la que existía anteriormente era la que se desarrollaba en la casa del campesino, la industria era simplemente domestica y el propósito de la producción no solo era satisfacer las necesidades del hogar.
El auge de las ciudades y el empleo del dinero dieron a los artesanos una oportunidad para abandonar la agricultura y ganarse la vida en su oficio, se fueron a la ciudad y pusieron tiendas, comenzaron a ser el proveedor de un mercado pequeño pero en aumento. La industria típica de la edad media era el tallercito; no se requería mucho capital, una habitación de la casa en la que vivía era el taller y lo indispensable era la habilidad en el oficio y los clientes.
Había dos clases de ayudantes: aprendices y jornaleros. Todos los trabajadores que tenían una misma profesión comenzaron a formar gremios.
La distancia entre trabajador y patrono no era grande, pero después, al sufrir los abusos del patrón el jornalero formo gremios propios.
Los miembros de los gremios pelearon para mantener los monopolios respectivos de la ciudad. Los gremios tenían mil y una reglas contra el trabajo malo y para mantener la más alta calidad de cuanto fabricaban, todo articulo era cuidadosamente revisado y sellado.
El artesano sabia lo que el material costaba y el trabajo que costaba hacerlo y eso determinaba el precio del producto acabado que vendía.
Cuando el gremio utilizaba su monopolio de artículos no para mantener el precio justo, sino para obtener utilidades excesivas, las autoridades de la ciudad tenían el derecho de abolir los privilegios de ese gremio.
El auge del mercado trajo un cambio de ideas y el justo precio cedió el lugar al precio del mercado. Se admitía que los precios aumentaran en tiempos de hambre, pero al mismo tiempo se consideraba no natural.

El valor de una cosa no debe ser medida por lo que intrínsecamente valga… es necesario tomar en cuenta las necesidades del hombre y evaluar las cosas según su relación con esta necesidad, se refería a la oferta y la demanda: los artículos no tenían valor fijo, solo prescindiendo de las condiciones; así pues el justo precio fue desechado y lo sustituyo el precio del mercado.
La igualdad entre lo maestros vino a ser, en algunos gremios, cosa del pasado. Aparecieron los gremios mayores y menores, lo miembros de estos últimos llegaron a trabajar como jornaleros para los miembros de los gremios mayores.
Del centro del gremio propio al control exclusivo del gobierno municipal no había más que un paso y los miembros de los gremios mayores lo dieron, viniendo a ser los gobernantes de las ciudades.
Otra causa de la ruptura del sistema gremial fue el distanciamiento cada vez mayor entre maestros y jornaleros. Después de este periodo de desorden, los gremios entraron en su etapa de decadencia.
En la época feudal no había países, a fines de la edad media surgieron las naciones.
Las divisiones nacionales se hicieron mas marcadas. Las reglas nacionales para la industria sustituyeron a las regulaciones locales. Comenzaron a existir las leyes, lenguas  e iglesias nacionales.
Las gentes empezaron a considerarse a si mismas como ciudadanos que debían lealtad no a una ciudad y al señor feudal, sino a su rey, quien gobernaba toda la nación.
El ascenso de la clase media comprende del siglo X al XV. La clase media quería seguridad y libertad para comerciar; para esto se necesitaba de una autoridad central, un estado nacional, un poder supremo que pudiera imponer el orden al caos feudal.
La autoridad del rey existió en teoría, pero en realidad era débil; los grandes barones feudales fueron prácticamente independientes.
Se tardo siglos, pero al fin la autoridad central se impuso. Los loores se habían debilitado, habían perdido gran parte de sus posesiones. Los señores feudales se eliminaban entre si en constantes guerras.
El rey podía pagar un ejército entrenado y permanente, siempre a su servicio, y no dependiente a la lealtad de un señor; un ejército pagado para la guerra, bien entrenado y bien disciplinado era un gran progreso político militar.
Los adelantos técnicos en las armas también exigían una nueva clase de ejército. Aparecieron la pólvora y el cañón y su empleo efectivo requería una operación bien preparada.
El monarca apelo a la nueva clase por empréstitos y donativos, la gente que tenia dinero procedía con gusto por que recibía beneficios a cambio.
Los funcionarios del rey comenzaron a ser pagados con dinero y no con tierras. Los funcionarios asalariados, podían realizar la labor de gobernar en nombre del rey.
Los reyes comenzaron a deshacer los monopolios locales. El estado reemplazo a la ciudad como unidad de la vida económica.
Se ha concluyo un pacto tácito entre la realeza y la burguesía industrial, que empresarios y patronos pusieron al servicio del estado monárquico su influencia política y social. A cambio de ello el estado multiplico en su favor los privilegios económicos y sociales. Subordino a ellos a los trabajadores de un jornal común, obligándolos a una estricta obediencia.
El campesino, el artesano y el comerciante acogieron con entusiasmo la formación de un fuerte gobierno central con una regulación comprensiva y reemplazando la desunión con la unión, así surgió el sentimiento nacionalista
El único rival era la iglesia, la autoridad asumida por el Papa le hacia mas peligroso  que cualquiera de los señores feudales. El Papa y el rey riñeron constantemente.

La iglesia era tremendamente rica y sin embargo se rehusaba a pagar contribuciones al gobierno nacional.
Los reyes necesitaban la riqueza de la iglesia, ya enorme y en aumento, debía ser agraviada para ayudar a costear lo gastos del estado; otro motivo era que ciertos asuntos eran juzgados en las cortes eclesiásticas y a veces un fallo de ellos era contrario al del rey.
El Papa podía intervenir en los asuntos interiores de un país, así la iglesia era un rival político del soberano. La iglesia habría perdido su poderío si la reforma protestante no hubiese venido cuándo lo hizo. Antes de eso la iglesia ya estaba perdiendo su poder. La iglesia defendía al orden feudal, por que era una pieza clave en su poderosa estructura.   

La Revolución Francesa, El Origen Del Estado Moderno.
Desde el atropello del "El estado soy yo" manifestado como el más nocivo absolutismo, el pueblo sintió la negación total de sus derechos y rotos todos sus principios e ideales, es ahí donde empieza a crecer el resentimiento y surge poco a poco la semilla de la rebelión, y ésta había de manifestarse con toda su violencia y hacer explosión, para culminar el 14 de Julio de 1789. La revolución dio paso a nuevas formas, con todas sus naturales e impropias acciones excesivas cometidas. La mayor aportación que este levantamiento dio, fue la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, que se fundamentó en la teoría de Jean Jacob Rosseau, que escribió en su obra "El Contrato Social."
El año de 1789 es de primordial importancia en sus manifestaciones, por que los rumbos señalados cambiaran al mando en sus procedimientos y formas gubernamentales, y también en la nueva concepción del hombre, que se convirtió en ciudadano para ayudar a los fines del Estado, los fines de un nuevo Estado nacido de la sangre de muchas personas, de un Estado que surge de las cenizas del despotismo y la crueldad: El Estado Moderno de Derecho.

Características Del Estado Moderno.
Las características del Estado Moderno son las siguientes:
Una cierta entidad territorial. Ésta se refiere al medio físico que es necesaria para la sustentación del Estado y debe ser una magnitud tal que no convierta en demasiado pesadas las tareas que el Estado debe afrontar.
Establecimiento de un poder central suficientemente fuerte. Se logra suprimir o reducir drásticamente a los antiguos poderes feudales, entre ellos el propio poder de la iglesia, que se vincula a lo que actualmente llamaríamos al proyecto de Estado Nacional.
Creación de una infraestructura administrativa, financiera, militar y diplomática.  Se desarrolla una burocracia administrativa que trabaja impersonalmente para el Estado. Burocracia y capacidad financiera se retroalimentan. La obtención y administración de recursos exige personal dedicado por completo a estas tareas. La diplomacia se convierte en un instrumento indispensable para las relaciones con las demás entidades estatales que constituyen un sistema en su conjunto.
Consolidación de la unidad económica.  El Estado debe ser capaz de regular y dirigir la economía en su propio seno, y con respecto al exterior, implantar un sistema aduanal y normas precisas que controlen la entrada y salida de bienes.

Thomas Hobbes
La concepción hobbesiana del estado de naturaleza se aparta del sentido paradisíaco, que a ese estado, asigna el pensamiento teológico. Hobbes separa con claridad dos etapas: una situación de barbarie y de guerra de todos contra todos ,un mundo sin germen de derecho , y por otra parte , un estado creado y sostenido por el derecho , un estado con suficiente poder para iniciar y reformar su estructura.

Según Hobbes la naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en las facultades del cuerpo y del espíritu que, si un hombre es más fuerte de cuerpo o más sagaz de entendimiento que otro, cuando este se considera en conjunto, la diferencia entre los hombres, no es tan importante. De manera que estos puedan reclamar a base de ella y para sí mismos, un beneficio cualquiera al que otro no pueda aspirar.
La inclinación general de la humanidad entera es entonces un perpetuo e incesante afán de poder que cesa solamente con la muerte. La pugna de riquezas, placeres, honores u otras formas de poder, inclina a la lucha, la enemistad y a la guerra. Por ello en la naturaleza del hombre se encuentran tres causas principales de discordia: la competencia, la desconfianza y la gloria. De esta manera la competencia impulsa a los hombres a atacarse para lograr un beneficio, la desconfianza para lograr la seguridad y la gloria para ganar reputación. Con todo esto, mientras el hombre viva sin un poder común que los atemorice a todos, se hallan en la condición o estado que se llama guerra . Una guerra que es la de todos contra todos.
Sin embargo Hobbes advierte que nunca existió un tiempo en que los hombres particulares se hallaran en una situación de guerra del uno contra el otro, sino que en diferentes épocas el ser humano se halla en estado de continua enemistad, en la situación y postura de los gladiadores, con las armas asestadas y los ojos fijos uno en otro. Por ende en esta guerra nada puede ser injusto. Las nociones de derecho e ilegalidad, justicia e injusticia están fuera de lugar .Donde no hay poder común, la ley no existe. Donde no hay ley, no hay justicia.
En esta condición en que el hombre se encuentra por obra de la simple naturaleza, en una guerra de todos contra todos, el puede tener la posibilidad de superar ese estado, en parte por sus pasiones y también por su razón.
Las pasiones que inclinan a los hombres a la paz son el temor a la muerte, el deseo de las cosas que son necesarias para una vida confortable, y la esperanza de obtenerlas por medio del trabajo. En otras palabras, la pasión inclina a los hombres a desear y conseguir los bienes y privilegios del prójimo. Esto sería entonces la necesidad del hombre, pues su naturaleza es estar en guerra los unos con los otros. Mientras tanto y por otro lado la razón los hace pensar que sin seguridad y duración, los bienes y privilegios deseados no tienen sentido porque no se pueden disfrutar. La razón entonces sugiere normas adecuadas de paz, a las cuales pueden llegar los hombres por mutuo consenso. Estas normas son las que Hobbes llama Leyes de la naturaleza, las cuales servirán para que el hombre salga de ese estado de guerra.
Hobbes define 19 leyes de naturaleza sin embargo existen dos fundamentales de las cuales se derivan las restantes. La primera de ellas se refiere a que cada hombre debe esforzarse por la paz , mientras que tiene la esperanza de lograrla , y cuando no puede obtenerla, debe buscar y utilizar todas las ayudas y ventajas de la guerra. Es decir buscar la paz y seguirla defendiéndose por todos los medios posibles.
La segunda ley dice que el hombre debe acceder ( si los demás consienten también y mientras se considere necesario para la paz y defensa de sí mismo ) a renunciar este derecho de todas las cosas y a satisfacerse con la misma libertad ,frente a los demás con respecto a él mismo. Es como la ley del evangelio: " no hagáis a los demás, lo que no queráis que os hagan a vosotros".
De la segunda ley de naturaleza según la cual los hombres están obligados a transferir a otros los derechos que perturban la paz, se deduce una tercera ley que se refiere a que los hombres cumplan los pactos que han celebrado. Entonces mientras las pasiones enfrentan a los hombres, la razón los hace pactar.
Ahora bien cuando los pactos se respetan y se llevan a cabo hay justicia, que quiere decir que existe una voluntad constante de dar a cada uno lo suyo. Todos los hombres tienen derecho a todas las cosas y por ende son iguales ante la ley. Esta inclinación de pactar lleva a los individuos a convenir un contrato, que implica la renuncia de todos sus derechos que poseían en el estado de naturaleza para otorgárselo a un soberano que a cambio les garantizará el orden y la seguridad .Con el contrato se renuncia a la libertad y a cualquier derecho que pudiera poner en peligro la paz.

El ser humano requiere de algo más que pactar, que haga su convenio constante y obligatorio; y ese algo es un poder común que los mantenga a raya y dirija sus acciones hacia el beneficio colectivo. Los pactos no descansan en la espada, no son más que palabras, sin fuerza para proteger al hombre de algún modo. Por consiguiente, a pesar de la ley de la naturaleza, si no se ha instituido un poder, cada uno fiará en su propia fuerza para protegerse contra los demás hombres.
El único camino para erigir semejante poder común, capaz de defenderlos contra la invasión de los extranjeros y contra las injurias ajenas, asegurándoles que por su propia actividad y por los frutos de la tierra puedan nutrirse a sí mismos y vivir satisfechos , es conferir todo su y fortaleza a un hombre o una asamblea de hombres.
Esto es algo más que consentimiento o concordia; es una unidad real de todo ello en una persona, instituida por pacto de cada hombre con los demás, en forma tal como si cada un dijera a todos: autorizo y transfiere a este hombre o asamblea de hombres mi derecho de gobernarme a mi mismo, con la condición de que vosotros transferiréis a el vuestro derecho, y autorizaréis todos sus actos de la misma manera. Hecho esto, la multitud unida en una persona se denomina estado y el titular de esta persona se denomina soberano.
Esta es la generación del Leviatán, o más bien de aquel dios mortal, el cual debemos, bajo el dios inmortal, nuestra paz y nuestra defensa. Y fundando el estado solo es posible la sociedad civil. Es decir, la organización de todos los súbditos sometidos al poder del estado, se convierte en el polo opuesto de la guerra.
La idea de ese estado todopoderoso en la tierra, ese dios mortal que atemorizara a todos los ciudadanos es el Leviatán, el monstruo bíblico que se convierte en la gran solución que el hombre creo para su conservación. Bajo la soberanía de estado se garantiza paz, porque sin estado no hay sociedad entre los hombres, sino un mero estado natural de desconfianza y terror mutuo.

De esta forma el signo de esta soberanía absoluta es el poder dar y quebrantar la ley. El soberano es el verdadero fijador de la justicia y de la moral, ya que lo justo y lo bueno, pasan a definirse como lo coincidente con la voluntad del soberano. El soberano es el único poder legislativo y el estado la única fuente del derecho. Incluso en los asuntos de índole espiritual o religiosa es el soberano quien tiene la máxima autoridad.
La diferencia de gobiernos consiste en la diferencia del soberano o de la persona representativa de todos y cada uno de la multitud. El representante deber ser por necesidad o una persona o varias. Cuando el representante es un hombre, entonces el gobierno es una monarquía; cuando lo es una asamblea de todos cuantos quieren concurrir en ella tenemos una democracia o gobierno popular; cuando la asamblea es de una parte solamente, entonces ese denomina aristocracia.
En todo caso el soberano debe:
·         Procurar a sus súbditos todo aquello para lo cual ha sido instituido: la seguridad.
·         Preservar la salud del pueblo, la conservación de la vida contra todos los peligros y el goce de las satisfacciones legítimas de esta vida.
·         Velar porque los hombres que se han unido voluntariamente en sociedad política vivan felices.
·         Asegura a los súbditos una inocente libertad. Inocente, en cuanto no se pueda perjudicar la paz y la libertad: la ley es el regulador.
·         Que las leyes no se hagan para perturbar la existencia de los hombres sino para dirigirlos, para preservarlos contra ellos mismos y contra los demás a fin de que reine la paz.
·         Debe garantizar a sus súbditos la igualdad ante la ley y ante cargos públicos.
·         Debe garantizar la igualdad en la instrucción y la educación que los formen las doctrinas verdaderas.

·         El soberano debe luchar contra la ociosidad, debe proporcionar trabajo a todos.
·         Debe poner a cargo del estado, de la asistencia pública, a los que son incapaces de trabajar (en lugar de abandonarlos a los azares de la caridad privada).
·         Conceder a los súbditos las propiedad privadas suficientes y velar por la equidad de la distribución .Evitar de esta forma monopolios, acumulación de riquezas de particulares, explotación, etc.
·         De esta manera observamos al monstruo Leviatán de una manera tan inesperada, como lógica, liberal, bienhechor, previsor y humano.

Contrato social:
            Es una expresión que se utiliza en la filosofía, la ciencia política y la sociología en alusión a un acuerdo real o hipotético realizado en el interior de un grupo por sus miembros, como por ejemplo el que se adquiere en un Estado en relación a los derechos y deberes del estado y de sus ciudadanos. Se parte de la idea de que todos los miembros del grupo están de acuerdo por voluntad propia con el contrato social, en virtud de lo cual admiten la existencia de una autoridad, de unas normas morales y leyes, a las que se someten. El pacto social es una hipótesis explicativa de la autoridad política y del orden social.

El contrato social, como teoría política, explica, entre otras cosas, el origen y propósito del Estado y de los derechos humanos. La esencia de la teoría (cuya formulación más conocida es la propuesta por Jean-Jacques Rousseau) es la siguiente: para vivir en sociedad, los seres humanos acuerdan un contrato social implícito, que les otorga ciertos derechos a cambio de abandonar la libertad de la que dispondrían en estado de naturaleza. Siendo así, los derechos y deberes de los individuos constituyen las cláusulas del contrato social, en tanto que el Estado es la entidad creada para hacer cumplir con el contrato. Del mismo modo, los hombres pueden cambiar los términos del contrato si así lo desean; los derechos y deberes no son inmutables o naturales. Por otro lado, un mayor número de derechos implica mayores deberes; y menos derechos, menos deberes. Lo anterior, cabe acotar, suele tener muchas excepciones. Por ejemplo, las mujeres en algunos países del Islam sólo tienen deberes y apenas derechos.


La ilustración:
Se conoce como "Ilustración" al movimiento filosófico que se originó y desarrolló en Europa (particularmente en Francia) durante el siglo XVIII. Se consideraba que todo lo antiguo se enmarcaba en un ambiente de oscuridad y decrepitud, y que la nueva ideología que llegaba eran las "luces", que iluminaba al mundo. Esta era en parte una visión exagerada, ya que el pensamiento europeo del siglo XVIII no venía de las tinieblas sino de un proceso gradual producto de las transformaciones ocurridas en las sociedades europeas desde muchos siglos atrás.

El precedente histórico más apegado a la Ilustración fue el Renacimiento, donde también se trataba de romper con el pasado medieval y renacer en la nueva modernidad.

La ilustración presenta las siguientes ideas y principios:

Empirismo: los ilustrados contrapusieron su fe en la experimentación para poder conocer el mundo y conseguir el progreso.
Criticismo: el ilustrado aspira a someter a crítica racional todo el conocimiento anterior.
Deseo de conocimiento: el ilustrado siente un enorme deseo de conocer por completo el mundo donde habita, de iluminarlo (de ahí el nombre de Ilustración), pero también siente la necesidad de dar a conocer lo aprendido. Esto último explica la aparición de uno de los grandes proyectos de la época, como por ejemplo la Enciclopedia Francesa.
Utopismo: se cree que la aplicación de la razón a todos los aspectos de la vida humana permitirá una mejora constante de la sociedad y un progreso económico y cultural ilimitado.
Progreso y felicidad: el ilustrado a lo que aspira como objetivo prioritario es a conseguir la felicidad en este mundo.
Reformismo: los ilustrados proponen modernizar la sociedad mediante lentas reformas que serán llevadas a cabo por reyes y gobiernos de carácter absolutista.
Los filósofos ilustrados buscaban la verdad científica y se basaron en la razón para explicar la realidad del mundo en el que vivían. La ilustración es para la historia un sistema de pensamientos producido por los intelectuales en un ambiente de autonomía y libertad de la razón individual, donde cada persona podía instruirse en busca de la verdad científica. Era sobre todo, un programa educativo orientado a elevar el nivel cultural de la sociedad y mejorar la situación de quienes desearan cultivar la razón y salir de la ignorancia.

Características Específicas De La Ilustración:
Naturaleza: Amor a la naturaleza. Este hecho se concreta en el deseo de descubrir, mediante la aplicación de la razón y la observación, las leyes que la rigen. El papel de la naturaleza para originar y conducir la existencia de los hombres y de todos los objetos del Universo. Según Newton "la naturaleza es considerada como una gran máquina concebida por Dios y regida por las leyes establecida por Él". Es decir, que el hombreno debe de contrariar esas leyes sino tratar de descubrirlas mediante la razón como única guía para investigar su funcionamiento. Esto era importante para los ilustradores, ya que mientras el pueblo siguiera pensando que Dios dirigía todo el Universo, las leyes universales, que se veían en la educación seguirían estando en manos del clero, deteniendo así el progreso de la ciencia. La educación. A través de una educación apropiada, la humanidad podía ser modificada, cambiada su naturaleza para mejorar.
Razón: Fe constante en el poder de la razón humana. Durante la Ilustración llegó a pensarse que con uso juicioso de la razón sería posible un progreso ilimitado. La razón sirvió de guía para estudiar el funcionamiento de las leyes de la naturaleza, por consiguiente todo lo racional es bueno, y todo aquello que no conlleve a la razón es incorrecto. Si el hombre quiere alcanzar el progreso el único camino es descubrir las leyes de la naturaleza y actuar de acuerdo con ellas, dejando a un lado lo irracional.
LA Igualdad: Si todos los hombres proceden de la misma naturaleza y todos poseen la capacidad de razonar, entonces todos los hombres son iguales a la luz de la razón, con iguales derechos que deben ser respetados.
La Libertad: En cuestiones políticas, religiosas, económicas e intelectuales.
Deísmo: Es la religión natural. Tenía su fundamento en que Dios y el alma no pueden llegar a ser conocidos por la razón humana, por cuanto corresponden a la metafísica (abstracto), y no puede ser percibido mediante los sentidos. Se reconoce a Dios como autor de la naturaleza y se debe revelar a los hombres por medio de la razón.
Moral Laica: Es independiente de la religión, ya que los hombres se rigen por morales no sólo porque Dios ordena observarlas, sino porque la razón exige el respeto a los derechos de los demás.

D.   Visiones doctrinarias sobre el Estado.

La extensión de las atribuciones del Estado guarda una estrecha relación con las diversas tendencias o sistemas sociales, que históricamente han surgido en el transcurso de la evolución social.
En el Estado actual de este debate, se precisan diversas tendencias que se disputan el lugar preeminente. El liberalismo, el socialismo y el comunismo con sus numerosas ramas y desviaciones.
El liberalismo capitalista es la exaltación del hombre como base del progreso social. En el ser humano existen elementos propios y vigorosos para estimular el desarrollo social que se debe concretar y proteger. Son esas fuerzas las que lo sostienen, sin necesidad de intromisiones peligrosas que destruyan las libertades fundamentales. Es el fortalecimiento de los intereses que tiene a su cargo el Estado.
El Estado sólo se justifica por los servicios públicos y por los fines sociales que tiene a su cargo.
Las tendencias socialistas, modernas se sitúan desde la organización democrática del Estado Federal, el socialismo cristiano, o el socialismo integral o solidarista, hasta las tendencias más radicales como el socialismo planificado. El socialismo cuenta con numerosos sistemas, doctrinas, opiniones, que organizan en formas muy complicadas la acción del Estado moderno. El socialismo de actualidad se nutre en los principios de un socialismo moderado, que se opone al principio colectivista del comunismo, en sus dos corrientes principales: la organización soviética y la democracia popular china, apoyada en las grandes tesis del marxismo, la concepción materialista de la historia y la socialización de los instrumentos de producción.
El liberalismo como sistema o doctrina está liquidado o en proceso de su total liquidación, porque ha llenado su misión histórica y es una mera referencia a un sistema caduco en la historia de las instituciones políticas y económicas.
Liberalismo, desde los siglos XVIII y XIX a la fecha. Respecto al valor histórico del liberalismo, nada tenemos que objetar, pues el liberalismo cumplió su misión gloriosa al destruir en su época las formas arcaicas de la vida social del Estado monárquico absolutista y despótico, que amparaban intereses y prejuicios de otros tiempos.
Los defensores actuales del liberalismo sostienen que éste es un sistema de principios universales y hasta eternos, los cuales no podrán desaparecer, porque sobreviven en los principios o verdades que toda sociedad juzga como invariable, y agregan que muchos de los males de la era moderna, se deben al olvido o negación de esos valores o ideales del viejo liberalismo.
El modelo de Estado socialista del socialismo del siglo XXI es un socialismo revolucionario que bebe directamente de la filosofía y la economía marxista, y que se sustenta en cuatro ejes: el desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias, la democracia participativa y las organizaciones de base. Dieterich, en su obra Socialismo del Siglo XXI se funda en la visión de Karl Marx sobre la dinámica social y la lucha de clases. Dieterich profundiza la teoría marxista y la actualiza en el mundo de hoy, incorporando los avances del conocimiento, las experiencias de los intentos socialistas, develando sus limitaciones, entregando propuestas concretas tanto en la economía política como en la participación democrática de la ciudadanía para construir una sociedad libre de explotación. Resumiendo, el socialismo del siglo XXI supone que es necesario un reforzamiento radical del poder estatal democráticamente controlado por la sociedad para avanzar el desarrollo.
En el marco de la Revolución Bolivariana, Chávez ha señalado que para llegar a este socialismo habrá una etapa de transición que denomina como Democracia Revolucionaria. Hugo Chávez expresó “Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad” en un discurso a mediados de 2006. Además, este socialismo no está predefinido. Más bien, dijo Chávez “debemos transformar el modo de capital y avanzar hacia un nuevo socialismo que se debe construir cada día”. [

E.   Formas, funciones y fines del Estado.

Las Funciones Del Estado.
Los fines del Estado constituyen direcciones, metas, propósitos o tendencias de carácter general que se reconocen al Estado para su justificación y que consagran en su legislación.
Las funciones del Estado son los medios o formas diversas que adopta el derecho para realizar los fines del Estado.
El concepto de función, constituye la base de este desarrollo: "La misma etimología de la palabra función determina cumplidamente su concepto: proviene de "Fungere", que significa hacer, cumplir, ejercitar, que a su vez deriva de "Finire", por lo que dentro del campo de las relaciones jurídicas de cualquier clase que ellas sean, la función significará toda actuación por razón del fin jurídico en su doble esfera de privada y pública".
Las funciones del Estado tienen un apoyo lógico y jurídico. Por medio de los fines se reconocen las etapas para alcanzar una meta, por las funciones se consagran procedimientos de la legislación que necesitan para su realización de las tres funciones esenciales del Estado.
La doctrina clásica y la legislación positiva han reconocido tres actividades esenciales del Estado para realizar los fines, resultado del principio lógico-jurídico de la división del trabajo aplicado a la teoría constitucional
La función legislativa, que es la función encaminada a establecer las normas jurídicas generales. El Estado moderno es el creador del orden jurídico nacional.
La función administrativa, que es la función encaminada a regular la actividad concreta y tutelar del Estado, bajo el orden jurídico. La ley debe ser ejecutada particularizando su aplicación. En sentido moderno el Estado es el promotor del desarrollo económico y social de un país.
La función jurisdiccional, que es la actividad del Estado encaminada a resolver las controversias, estatuir o declarar el derecho. La superioridad del Poder Judicial en la sociedad moderna, lo coloca como el órgano orientador de la vida jurídica nacional.
La actividad del Estado se expresa en nuestra constitución, artículo 49, en las tres funciones clásicas, cuyos respectivos órganos ejercitan partes del poder estatal, que es único, aunque las funciones son múltiples y constituyen la forma de ejercicio de las atribuciones.
La relación entre poder y función debemos pasar al estudio de las funciones del Estado.
En puridad a cada poder debería corresponder una función específica, es decir, al Poder Legislativo le corresponde la función legislativa, al Poder Ejecutivo la función Administrativa, y al Poder Judicial la función jurisdiccional.
Al Poder Administrativo además de la función administrativa, le corresponden otras actividades por ejemplo la facultad reglamentaria, que en un acto de naturaleza legislativa; las controversias en material fiscal, agraria, obrera, que son actos materialmente jurisdiccionales.
El Poder Judicial además de ejercer la función jurisdiccional realiza otros actos no propiamente de esa naturaleza, por ejemplo el nombramiento de su personal que es un acto administrativo.

La actividad legislativa del Estado
El estado Legislador: Constituyente y ordinario
El Estado moderno, a diferencia de otras épocas, se caracteriza por ser el creador del Derecho.
El Poder Constituyente Del Estado.
La función constituyente es la actividad fundamental del Estado, encaminada a la creación, adición o reforma de las normas constitucionales. Ella tiene por objeto la formulación de normas jurídicas generales, relativas a la organización y funcionamiento de los órganos supremos del poder público, sus modos de creación, sus relaciones y el régimen de garantías que protejan al ciudadano en contra de los abusos de las autoridades.

La Actividad Administrativa Del Estado.
La Función Administrativa.
Los fines del Estado señalan los propósitos generales o metas por alcanzar que se incorporen a los textos constitucionales y desarrolla la legislación administrativa.
El poder del Estado, unitario y coactivo, desenvuelve su actividad por medio de las funciones del mismo.
Las funciones del Estado comprenden a la función legislativa que tiene como acto básico la ley, a la función administrativa el acto administrativo y la función jurisdiccional a la sentencia.

F.    Desarrollo y  tensiones en el Estado – Nación en América Latina

El abordaje de la relación entre estado y democracia en América Latina sufrió una serie de oscilaciones que marcaron la tónica del debate desde la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad.
En una primera etapa, hasta la década del ’60, el debate latinoamericano estuvo centrado en la modernización, entendida esta como una lógica de desarrollo que tendía a seguir el patrón de los países centrales, pero cuyo agente principal era el estado. Ello implicaba la transformación de las estructuras económicas, sociales y políticas, que pasaban de ser “tradicionales” a ser “modernas”. Es decir, se explicaba, a la vez que se proponía, la modernización económica cuyo eje sería la acumulación capitalista y cuyo régimen político sería, consecuentemente con el desarrollo histórico de los países centrales, la democracia.
Sin embargo, y a pesar de las previsiones de los teóricos de la modernización, el desarrollo capitalista no solo que no tuvo éxito en tanto no logró generar un crecimiento sostenido de la economía, además de agudizar las desigualdades en una de las regiones más desiguales del planeta, sino que además no se confirmaron las hipótesis respecto del desarrollo bajo condiciones de democracia.
Esta segunda etapa, que se puede situar entre las décadas del ’60 y el ’70, el divorcio entre estado y democracia se genera paralelamente desde dos instancias: desde abajo, en tanto que se comenzó a ver que el desarrollo no podría ser alcanzado a través de las formas capitalistas, en todo lo cual el ejemplo de la Revolución Cubana en 1959 significa un punto de inflexión; y desde arriba, en tanto que los sectores económicos concentrados junto con las Fuerzas Armadas ven la necesidad de que el estado asegure el desarrollo capitalista ante la amenaza originada en una creciente conflictividad social, frente a la cual se postula como solución la neutralización y desmovilización de los sectores populares
 En una tercera etapa, y tras la conclusión de la violencia generalizada, en gran parte provocada por el choque entre las dos instancias recién mencionadas, se abre el camino para una transición política de los regímenes de facto, mayoritarios en la región, y una progresiva democratización de los regímenes políticos. Lo distintivo, y verdaderamente novedoso,  en esta etapa que se abre en la década de los ’80, es la re valorización de la democracia como un valor en sí mismo y su separación respecto del tipo de desarrollo económico propuesto.
La década del ’80 representa un punto de inflexión en lo que hace a la relación estado-democracia ya que por primera vez la democracia cobra valor como un bien en sí mismo y es compartida por la gran mayoría de la población. Frente a este hecho, cabe preguntarse por qué existió en toda la etapa previa un desencuentro entre estado y democracia. Como veremos, los estudiosos del tema aportaron distintos aspectos al debate.
En primer lugar, se llama la atención sobre el hecho de que en América Latina no se dieron dos desarrollos históricos que fueron fundamentales en los países del norte y que precedieron, en estos últimos casos, al surgimiento de la democracia. Por un lado, la emergencia y consolidación de fuertes estados nacionales precedió a la discusión acerca del régimen político. En estos casos, el proceso de construcción del estado estuvo “libre” de discusiones “democráticas” y logró expropiar recursos políticos de la sociedad, concentrar el poder y monopolizar el uso de los medios legítimos de violencia, incluyendo los recursos fiscales y simbólicos. En América Latina, por el contrario, la democracia debió “realizar, al mismo tiempo, los propósitos de construir el Estado, la nación, la ciudadanía, la representación política y la sociedad civil” (Botana, 2004).
En efecto, tal como señala el mismo autor, la democracia precedió a la consolidación del estado y la nación en América Latina. Esto configuró toda una serie de problemas que marcarían todo el desarrollo histórico de la región, porque este hecho se dio en un contexto de gran heterogeneidad estructural (geográfica, económica, social, racial y étnica) que, si bien variaba de una región a otra, retroalimentó el proceso de anarquía posterior a las guerras de independencia.

Así, la máxima que formularan los autores del El Federalista para la construcción de la república en el país del norte –“primero que haya un gobierno, y después que se lo controle”- no tuvo consenso en el sur del continente, factor que no ayudó a superar la situación de anarquía y, menos, a morigerar las condiciones de heterogeneidad estructural.
Por otro lado, se destaca en América Latina la inexistencia de una red de relaciones económicas y sociales, propias de la modernidad, que funcionan como la infraestructura de las prácticas y las instituciones democráticas y que en la teoría democrática de los países centrales se la pasa por alto, pues se da por sentada, cuando en realidad fue, en occidente mismo, el producto de una construcción histórica. Nos referimos a que en esos casos antes de la democracia y del liberalismo, y como base de ella, se generó un denso entramado de derechos y garantías subjetivas que fueron conformando una red o tejido social que funcionó como sustrato de la ciudadanía civil (O’Donnell, 2001).
Tal proceso formó parte del capitalismo moderno, que conllevó en un proceso paralelo la expansión de instituciones civiles que contenían una figura jurídica universal. “La construcción de esta figura jurídica que postula que una buena capa de individuos son agentes responsables (…) se registra antes del liberalismo y antes de la democracia” (O’Donnell, 2001: 12). En los países de industrialización tardía, como los de América Latina, este proceso no existió.
Esta secuencia histórica determinó que la democracia tuviera dificultades en encontrar posibilidades de desarrollo concretas en la América Latina. Tales asincronías, al menos respecto del desarrollo clásico en occidente, conllevaron la dificultad o imposibilidad en algunos casos de que el estado cumpla ciertas funciones clave para el funcionamiento posterior de la democracia, y fueron un elemento fundamental en el tipo de tensión que tuvo el estado con la democracia en esta región-
Michael Mann (2004) resume esos factores en términos de grandes procesos sociales que fueron fundamentales para el establecimiento de estados-nación infraestructuralmente poderosos y democráticos. En general, esa evolución implicó una drástica reducción de heterogeneidad al interior de cada estado-nación. En primer lugar, reducción de la heterogeneidad étnica que, a través de la opresión y el asesinato, generaron un sentido común de nacionalidad. En segundo lugar, el desarrollo de una maquinaria bélica centralizada que fue clave en el proceso de monopolización fiscal y de la violencia. Este mismo proceso provocó una “resistencia (que) trajo consigo gobiernos representativos, haciendo que las burocracias se hicieran responsables ante las legislaturas” Por último, la combinación de industrialización y la explosión de presiones democráticas a nivel económico, social y político generaron importantes reducciones de desigualdades de clase en cada sociedad nacional. Todo ello, dio lugar a “sociedades civiles relativamente centralizadas, homogéneas e igualitarias, articuladas políticamente por un sentimiento compartido de ciudadanía nacional”. Es sólo en este contexto de estados infraestructuralmente poderosos en donde el sistema electoral pudo producir gobiernos estables. Así, vemos que estado y democracia se combinan de forma equilibrada, y solo así se generan las condiciones para el desarrollo económico en un contexto de libertades ampliadas.
Por el contrario, como la regla general en América Latina es la heterogeneidad estructural, habría surgido desde un principio una débil conciencia nacional sobre la cual se construyó a su vez un débil poder infraestructural estatal en el cual la democracia tiene pocas chances y puede ella misma ser factor de inestabilidad de los gobiernos, pues genera la ficción de gobernabilidad en base al poder obtenido en éxitos electorales. En estos casos, la norma histórica fue la de una cierta cuota de autoritarismo para generar gobernabilidad en estas sociedades.
Estas consideraciones llevan a la conclusión de que una relación positiva entre estado y democracia solo es posible bajo estados infraestructuralmente poderosos.
En América Latina el proceso de construcción del estado estuvo basado en una legitimidad que respondía a una doble demanda: por un lado, la imposición del orden que superara de manera efectiva el proceso de anarquía que había resultado del proceso de independencia, y por otro lado, algo que, entendemos, fue particular de América Latina, la implementación de un proyecto de desarrollo como parte constitutiva del estado nacional. Ambos procesos, resumidos en la fórmula “orden y progreso” fueron en realidad un solo y se implicaron mutuamente (Oszlak, 2006).
El estado como agente de desarrollo implicó una serie de cuestiones que llevarían a una permanente alteración del equilibrio social, todo lo cual redundó negativamente en la consolidación de la democracia en la región. No obstante, estos desequilibrios no se manifestaron abiertamente sino hasta después de la crisis de 1930, que puso en jaque el modelo de desarrollo llevado a cabo hasta ese momento.
En efecto, desde 1930, y hasta la década del ’80, la implicación abierta del estado en materia económica, ahora en un sentido que no era el proyectado por las mismas élites que habían orientado al estado durante la fase de formación del mismo, provocó mayores o menores niveles de conflictividad social en torno al apoyo u oposición respecto del patrón de intervención del estado en la economía y la sociedad. Tales tensiones no pudieron ser analizadas a través de las incipientes instituciones democráticas. Y ello, en parte por los factores antes mencionados, pero también debido a la oposición y al éxito en la implementación de estrategias de veto por parte de los actores que se oponían a la nueva orientación que se le quería imprimir a la intervención estatal. Así, en muchos casos, las élites de poder ligadas a la economía agroexportadora, cuando no tuvieron bajo su poder las riendas del estado, no tuvieron ningún interés y vieron con desconfianza y como una amenaza a sus intereses el cambio en el rol que estaba teniendo el estado.
Este contexto determinó los cortes sociales que harían dificultosa la tarea de consolidación de un orden democrático que sea aceptado por todos los actores sociales. Por el contrario, la lógica de oposición, en la que se mezclaban inseparablemente las diferencias en cuanto al rumbo que tomaría la intervención estatal, el sentido del nuevo modelo de desarrollo y la participación económica, social y política de las masas antes excluidas, degeneró en una dinámica política en la cual la definición de un nuevo modelo de desarrollo post 1930 era vista por no pocos actores como excluyente: la construcción de un estado moderno y una sociedad industrial tenía el precio de eliminar del proceso político a aquellos actores consideramos como no-modernos, anarquizantes, y/o desestabilizantes, dependiendo de quién lo mire. En este sentido, tal como se desprende de Lechner (1983) los actores se consideraban a si mismos como constituidos de forma previa al orden social y al estado, por lo tanto no encontraban un parámetro común en base al cual construir un orden social consensuado. Tal fue la base de no pocos conflictos y tensiones.
Este es el período que Portantiero (1984) nombra como “estado social” cuya dinámica política “neocorporativista” estatal implicaba un tipo de gobernabilidad que tenía como eje la organización y reducción de demandas como requisito para controlar el ciclo económico del capitalismo.
Sin embargo, y en consideración de las observaciones antes realizadas, la dinámica política real generó fuertes oposiciones sociales que llevaron, no a la construcción consensuada de un orden políticamente democrático y económicamente industrialista, sino más bien a una lógica de guerra por la cual se consideraba necesario la exclusión, y posteriormente la eliminación, del adversario como requisito para la construcción de un orden, ahora sí, coherente y ordenadamente factible.
En ese contexto, la consolidación de un orden democrático quedó negativamente afectada, y en algunos casos expresado sólo a nivel discursivo, hasta que la lógica de violencia desatada por la dinámica política antes mencionada estalló en tal magnitud que los actores sociales, siguiendo el trayecto trazado por Kant respecto del aprendizaje de la violencia como camino para llevar a la paz, entendieron que la democracia era la única manera civilizada, si se quiere, de saldar las diferencias y canalizar organizadamente las demandas. Recién allí, la democracia tuvo un valor intrínseco. Pero eso sólo sucedió, como dijimos al principio, en la década del ’80.

Estado y democracia después de la década del ‘80
Si bien en esta década se da una ruptura en cuanto a la revalorización de la democracia como régimen político deseable, al mismo tiempo convergen dos procesos de manera simultánea que, aunque por distintas razones, provocan un mismo resultado: una nueva contraposición entre estado y democracia, pero bajo otros términos. Tal como destaca Iazzetta (2005), la renovada legitimidad de la democracia tuvo como contrapartida una reacción anti-estado en la opinión pública. Como si la existencia de la primera necesitara como condición el retraimiento del último. El otro proceso que se combinó con este fue el discurso neoliberal que, subido a esta ola democratizante, malentendidamente anti estatista, logró colar sus demandas anti estado e imponer al “mercado como máxima instancia de regulación social”.
Frente a esta situación, que planteaba un juego de suma cero entre estado y democracia y, también vale la pena decir, entre estado y mercado, y en última instancia entre estado y sociedad; fueron alzándose voces críticas que intentaron desarmar, no siempre con éxito en la práctica, la fórmula neoliberal de que mas estado implica siempre menos libertad, menos democracia, fórmula inexpugnable cuya simpleza facilitó su apropiación por parte de sectores sociales históricamente opuestos a ese tipo de discursos.
Autores como O’ Donnell, entre otros, plantearon que la democracia en realidad es impensable sin un estado. Con gran economía de leguaje, Iazzetta lo resume en estos términos: “No es posible pensar la ciudadanía fuera de la democracia; sin embargo, pese a requerirse mutuamente, ambas precisan del Estado, pues si bien la ciudadanía sólo puede existir dentro de la legalidad de la democracia, la mera existencia de ésta no basta para tornarla efectiva sin un Estado que pueda asegurarla y garantizarla” (2005: 75, subrayado original).
Es importante destacar que esta visión es relativamente nueva, de ahí la necesidad de “reconceptualizar la democracia” que el autor recién citado destaca. En la práctica, dicho discurso comienza a tener entidad una vez que el huracán neoliberal, en gran parte pero no sólo por haber operado achicando, neutralizando y/o desarticulando el estado, dejara un profundo legado de desigualdad, desregulación y desprotección social. Recién cuando la práctica de la “libertad” de mercado opera bajo los términos tal como los entiende el neoliberalismo, comienza a recobrar legitimidad la necesidad de articular estado y democracia, pero por sobre todo la necesidad de recomponer al estado en sus capacidades, tarea en la que, por cierto, no se ha avanzado mucho, dejando intactos los presupuestos neoliberales, aunque sea por defecto.
O’ Donnell incluso fue más allá, entrando en un arduo debate con sus colegas del norte, al proponer no sólo la necesidad de que el estado y la democracia se reencuentren, sino la necesidad de establecer las bases de un nuevo tipo de estado, el democrático, en donde las estructuras burocráticas y el funcionamiento del mismo quede, entre otras cosas, sometido tanto a una accountability vertical, a través de elecciones democráticas (componente democrático de la democracia), como horizontal, a través del funcionamiento efectivo de las agencias de control (componente republicano de la democracia).
En este contexto, vemos como el problema del desarrollo, junto con el estado, sale de la agenda como problema público. Y este es otro de los aspectos donde el neoliberalismo logra imponerse, porque en una etapa en la que el eje de la discusión pública pasa por el renacimiento de la democracia, se logra generar consenso, ya sea consiente o inconscientemente, en amplios sectores de la sociedad de que la presencia del estado en la sociedad, per se, es negativa y que el desarrollo se daría de manera natural una vez que se desataran las fuerzas productivas del mercado.
En este sentido, cabe destacar que en América Latina, en donde predominan sociedades civiles débiles o gelatinosas, el desempeño de los proyectos de desarrollo, y de la economía en general, ha dependido de una presencia activa por parte del estado.








REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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